"La figura de José Ingenieros (1877-1925) funciona entre la última década del siglo XIX y las tres primeras del siglo XX, como un prisma que refracta un haz de luces muy diversas, del librepensamiento al anarquismo, del socialismo al antiimperialismo, del positivismo al espiritualismo. Un prisma que ofrece múltiples y acaso desconcertantes facetas: la del masón y la del hombre público; la del militante político y a la vez el hombre de ciencia; la del "fumista" de la bohemia porteña y la del maestro de las juventudes de la Reforma Universitaria; la del tratadista científico y la del escritor modernista; la del cientificista comprometido con el más férreo determinismo y la del ensayista comprometido con el idealismo moral.
Ingenieros fue acaso el último de los polígrafos latinoamericanos, abordando disciplinas tan diversas como la psicología, psiquiatría, la criminología, la medicina legal, la sociología, la filosofía, la ética y la historia, temas tan variados como la interpretación materialista de la historia argentina, la risa, el individuo y la multitud, la simulación, el amor, la moral emancipada de la religión, la reforma de la universidad, la experiencia soviética, la tradición del pensamiento liberal en España, la reacción de la filosofía espiritualista en Francia y la emancipación de los pueblos latinoamericanos.
Su pensamiento y sus obras trascendieron las fronteras argentinas y se proyectaron sobre todo el continente, con un impacto que se hizo sentir incluso varias décadas después de su muerte. Activo animador cultural, incansable editor de libros y revistas, fue uno de los nodos de las intensas redes que figuras políticas e intelectuales de toda América Latina establecieron en las primeras décadas del siglo XX, con especial intensidad después de la Revolución mexicana (1910), la Reforma Universitaria (1918) y el fuerte impacto local que tuvo en nuestro continente la Revolución Rusa de 1917." (Horacio Tarcus)