Comenta que su silencio postal se debió a que prefería no compartir sus dificultades financieras y laborales, que detalla ahora. Apunta que otro motivo de contrariedad fue la definitiva no publicación de su libro, del cual Torrendel ya le ha devuelto el original. No obstante, señala que la salud de su esposa ha mejorado. Cuenta que cuando falleció Juan Martín fue a la casa creyendo que encontraría a Córdova y su mujer, pero sin suerte. Comenta que días anteriores pudo leer en La Libertad las notas firmadas por CCI sobre Mauclair, un film de Pabst y la arquitectura en las sierras, que ya había tenido oportunidad de leer en la oficina de Gente de Prensa, donde Pélaez había elogiado entusiástamente la prosa de CCI. Elogia también la prosa de CCI. Pide una carta con noticias sobre los estudios y trabajos de CCI. Asimismo, una fotografía detoda la familia CCI, a quien no ve desde diciembre del año anterior.
Agradece la carta recibida, que le ha llegado al corazón. Agradece asimismo las palabras de CCI aparecida en Orientación. Repite lo dicho entonces en una carta, donde constaba que el juicio de CCI era para él doblemente valioso, puesto que se trataba no sólo del emitido por un amigo, sino también por el crítico "que no miente". Afirma que nunca ha olvidado el estímulo brindado por CCI en sus inicios como cuentista, y que estos fueron decisivos. Recuerda asimismo como decisiva para su desarrollo como escritor la sección "Cabina" en la revista Argentina. Comparte que está pronto a preparar Para olvidarse de la guerra, serie de relatos: el primero apareció ya en La Nacion.
Señala que hace mucho tiempo que superó el temor de parecer obsecuente al agradecer a todos aquellos que fortacelen su posición en la vida y en el ámbito de las artes plásticas. Señala que CCI no lo conoce, por lo que se presenta brevemente. Afirma que hace tiempo debió envíarle una carta de agradecimiento por las intervenciones de CCI sobre arte plástico, afines a las suyas. Sigue una larga tirada con su posicionamiento a favor de un arte que tenga como inspiradores directos a Tiglio, Russo, Daneri, Spilimbergo, Victorica y Pettoruti. Señala a CCI, Soldi y Butler como guardianes de "lo auténtico". Adjunta la revista Ensayo Cultural con una nota donde aparece mencionada la labor crítica de CCI. Aprovecha para hacer extensiva su gratitud a los compañeros de CCI en el programa "La gente" y a su director, Augusto Bonardo.
Señala que "por vía indirecta" ha llegado a sus manos un ejemplar del diario local Jornada con fecha del 20/01/1932 en el que viene inserta una carta de CCI dirigida a Samuel Glusberg, donde se menciona a El Avisador Mercantil en términos despectivos, acusándolo de mercantilista. Si bien declara desconocer tanto a CCI como a Glusberg, en su carácter de director del criticado periódico, se ve en la obligación de pedir explicaciones. Sigue una tirada sobre el valor y la importancia de El avisador Mercantil (nombre injurioso para La Vida Literaria, dirigida por Samuel Glusberg). Apela a la caballerosidad de CCI, repite que queda a la espera de una explicación.
Agradece el envio del libro de Essad Bey. Da noticias de su salud. Afirma que escuchó emocionado a CCI por radio, en ocasión de que ésta recomendara el éxodo de las ciudades. Se despide.