El 30 de noviembre de 1959, se realiza un banquete en homenaje a Córdova Iturburu con motivo de haberle sido concedido el Primer Premio Municipal de Prosa correspondiente a la producción 1958, lo cual motiva una gran cantidad de esquelas de felicitación, que serán cuidadosamente atesoradas por él a lo largo de su vida.
Córdova Iturburu fue un hombre atravesado por las instituciones de las cuales fue miembro o cuyas comisiones directivas integró. Desde el lugar que le cupo, mantuvo siempre un perfil alto y llegó a entablar resonantes polémicas, entendiendo la gestión como una forma de intervención política en la sociedad y utilizando muchas veces la prensa periódica como podio.